Tenía por casa un viejo cenicero de cristal, bastante soso, de cuando todavía fumaba y andaba un poco aburrida. Así que cogí los recortes que me sobraron del decoupage de la caja de cartón y este fué el resultado:
A mi hija le ha encantado y a mí me ha desestresado un ratito.
Hasta otra.
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